jueves, 24 de febrero de 2011

Quisiera ser una Heidi feliz, trotando por el campo.

Veo el mundo a través de la estrecha rendija que me permite mi neurósis. No se parece en nada a lo que yo desearía. ¿Pero quién dijo que los deseos se cumplen? ¿Quién dijo que vivir es fácil? ¿Quién dijo que alguién me acunará como a un niño?..
Y todo esto viene a explicar mi miedo por los espejos, no me gustan, me causan algo desagradable, algo parecido a esa vaga decepcion que tambien siento cuando el Real Madrid juega mal, o saco un precioso, pero perverso 2 en un examen, es difícil de explicar. El caso es que estoy contento conmigo mismo, me gusta mi aspecto y no soy ese tipo de pringaos que se avergüenzan de si mismos, tengo amor propio, pero no me gustan los espejos.


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