Puede pasar de todo, ¿verdad? Cualquier cosa.
Puedes amar tanto a una persona que tan solo el miedo a perderla haga que lo jodas todo y acabes perdiéndola.
Puedes despertarte al lado de alguien a quien hace unas horas ni siquiera habías imaginado conocer y mírate ahora.
Es como si alguien te regalara uno de esos puzzles con piezas de un cuadro de Madrid, de la foto de unos barcos o de las cataratas del Niágara; y se supone que ha de encajar, pero no.
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