Gracias por llegar tarde.

Bueno, ¿y qué me dices del tiempo que pasamos esperando? No me atrevo a decir, el tiempo queperdemos esperando, porque bueno, quién sabe si no hay alguien arriba o abajo, manejando, o quizás ajustando el tiempo de manera que el hecho de esperar sea clave, esencial. Protestamos esperando a que empiece una película, a que llegue un amigo, a que nos atiendan en la consulta del dentista, a que llegue la fiesta del fin de semana, a que estemos en verano, a que sea nuestro cumpleaños, a que empiece la universidad, a que consigamos un trabajo, o a encontrar pareja. Todo el tiempo que nos lleva el esperar... ¿Y la cantidad de cosas que suceden mientras esperamos? Ajenos a nosotros tienen lugar millones de realidades en millones de personas en ese espacio de tiempo. En ese periodo de segundos, días, meses, años, pueden ocurrirnos otras tantas situaciones, siendo nosotros inconscientes. Aunque realmente, me da a mí, que nuestra vida, la de cada día, las pequeñas grandes cosas, suceden durante el tiempo estamos esperando, a largo, o corto plazo. Y lo peor de todo, es que no somos capaces de percatarnos.

Señores... mil gracias a todos por llegar tarde

Tú

Si te digo la verdad, yo también estoy comenzando a cansarme. Dirás que me harto muy pronto, que tengo poco aguante, o que ni en mis asuntos resisto mucho. Pero verás, resulta que ya estoy aburrido de esforzarme, de esmerarme, de luchar, de intentarlo. Me resulta absurdo preocuparme, angustiarme, obsesionarme, siquiera inquietarme. Enfrentarme a tí. Enfrentarme a mí. Me siento tan fatigado como tras doce horas continuadas sin dejar de correr. Me produces claustrofobia. Asma. Me sofocas, me asfixias. Sí, me falta la respiración. Me quitas la respiración. Y a pesar de todo, el color de las paredes de mi cabeza es blanco. Blanco nuclear. Ni una señal, ni un indicio de que lo que hago sirva para algo. Te muestras tan indiferente, tan pasiva, tan sumamente inerte. Creo que el propio blanco de mi pared, está comenzando a desintegrarse